En la tarde de éste sábado se vivió, nuevamente, un día de mucha alegría. Desde el Astillero Aloncar se creó un muevo navío y demuestra que desde Quequén a través de la industria naval se pueden crear cientos de fuentes de trabajo.

La emoción de Hugo Obregozo se podía ver, sentir. No hacía falta que derramara alguna lágrima, bastaba con escucharlo, con explicar con ese sentimiento que tiene él al hablar de la construcción de barcos desde su empresa, pero sobre todo desde Quequén. “Para nosotros es un logro importante haber podido finalizar otra construcción más, son tiempos difíciles, pero venimos trabajando bien”, comentó quien está al frente del revitalizado Astillero Aloncar.

Éste barco es el tercero de una serie de tres, y ahora se está trabajando en un proyecto para ver sí se inicia otra serie de barcos.

Las características de la nueva embarcación, de pesca artesanal, por reglamentación de la autoridad de pesca el barco no supera los 9,90 mts de eslora, o de largo, y tiene una potencia de máquina que le permite tener energía eléctrica de 220 v y 380 v, que es una innovación para este tipo de barcos. Son barcos que trabajan con el langostino en el Puerto de Rawson.

“El diseño del barco es nuestro, trabajamos con un grupo de ingeniería de Mar del Plata, desde hace varios años, el motor propulsor y la caja es importada”, explicó Obregozo, a la vez que comentó que en la construcción de este barco “se ocuparon 110 puestos de trabajo”.

Por último, el Gerente de la empresa ubicado sobre el margen del río Quequén habló acerca de la industria naval: “Está pasando un buen momento, estaba bastante obsoleta, avanzada en edad, pero por suerte se está trabajando muy bien, y me pone realmente muy contento cuando hablan que un nuevo astillero podría instalarse en Quequén. Para mí no es una competencia, yo lo veo como un crecimiento que tenemos desde acá”.

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