La increíble medida deviene de los protocolos implementados por la Provincia de Buenos Aire, que bajan a cada unos de los 135 municipios. Martín Molina, dueño de Gran Playa Eventos, se refirió a esta situación y dijo que “vos lo decís a la gente que en ningún momento va a poder bailar, ni adentro, ni afuera, y no quieren saber nada con hacer  una fiesta de cumpleaños o casamiento”. Como consecuencia de la Pandemia y de este presente flaco en materia económica, más algunas medidas un tanto insólitas, la situación para el sector sigue siendo más que preocupante: “Desde el 11 de Diciembre, que se habilitó hasta hoy, solamente hemos realizado cuatro eventos”.

 

A pesar de que algunas actividades van volviendo al ruedo, algunas están más afectadas que otras. En su naturaleza organizar un cumpleaños de 15, un casamiento, o un evento con cena, uno lo tiene bastante incorporado que en algún momento del mismo el baile va a estar. Pero eso era con la normalidad, porque con esta nueva “normalidad” los protocolos sanitarios impiden que la gente pueda bailar.

Que no se pueda “pachanguear” en una fiesta está claro que termina mellando en las expectativas de aquellos que desean realizar un festejo, como también en la economía de los organizadores de eventos: “vos lo decís a la gente que en ningún momento va a poder bailar, ni adentro, ni afuera, y no quieren saber nada con hacer algo”, explicaba Martín Molina. Respecto a este impedimento, el dueño de Gran Playa Eventos, tiene planeado tener una charla con las autoridades políticas locales, ya que ésto está dañando a la industria. “Pensaba ir hasta la Municipalidad a pedir, por favor, que nos dejen bailar entre las mesas, o que nos dejen hacer algo, porque de lo contrario no podemos hacer ningún evento, ya que la gente así no lo quiere”, dijo quien además es uno de los mayores organizadores de las “bajadas” de egresados, que producto del COVID-19 no se pudieron llevar adelante el último año.

“Cuando vos le hablás de bajar la cantidad de personas, la gente se adapta, pero lo que no se adapta es a no poder bailar”, sostuvo Molina de GPE.

En lo que hace a las medidas sanitarias los concurrentes son bastantes responsables en su accionar, ya que “cuando se levantan para ir hasta el baño o el auto, todos se ponen su tapacoba, y además al tener salones para 300 personas, donde hoy concurren no más de 50 personas, no parecería haber peligro alguno.

Cuando uno termina tratando de entender algunas medidas sanitarias, bajadas a un protocolo, le resulta por lo menos llamativa. Sí hay un control al ingreso, sí se higieniza de manera debida con alcohol ¿Por qué no se podría bailar? Aún no se encuentra una explicación lógica y con sentido común.

Por lo pronto volvieron los eventos, pero sin baile no hay fiesta. Así por lo menos lo creen mucho de los que tenían pensado realizar algún festejo.

 

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