Una unidad de al menos 15 espías seguía en secreto a figuras de distintos ámbitos. Bajo fuerte hermetismo se investiga en Lomas de Zamora. Rodríguez Larreta, Vidal, Ritondo y Massot los objetivos dentro de Cambiemos. En exclusiva, parte del listado que incluye jueces y hasta futbolistas.

La causa judicial por espionaje ilegal que se tramita en el juzgado federal de Lomas de Zamora tiene dos particularidades que la transforman en la de mayor impacto político de la década: la cantidad de pruebas que certifican la producción de inteligencia clandestina por parte de la AFI y la jerarquía de los personajes quienes fueron víctimas de esos seguimientos. Según pudo corroborar Ámbito hubo dos expresidentes que fueron objetivos de las tareas de un grupo enquistado dentro de la central de espías comandada por Gustavo Arribas. Cristina de Kirchner y Eduardo Duhalde aparecen en los registros del grupo investigado por el juez Federico Villena junto a una abrumadora cantidad de jueces, políticos, empresarios, diputados, miembros de la Iglesia Católica, gobernadores, intendentes, referentes sociales. La hija de la vicepresidenta, Florencia Kirchner también fue espiada. Bajo un fuerte hermetismo y secreto de sumario, el juzgado avanzará esta semana en la citación de quienes fueron damnificados por esta maniobra.
Cada “operación” tenía un nombre clave, muchos de los cuales hacían referencia a alguna metáfora física, sin mucha originalidad. Otro dato relevante: la AFI dedicó mucho interés a ir tras los pasos de varios futbolistas, algo que genera suspicacias por el oficio de Arribas de intermediario de jugadores. Existen registros, a su vez, de figuras del espectáculo, un rubro hasta ahora desconocido en la trama. Y también en el plano del Poder Judicial: al menos dos jueces del máximo Tribunal fueron objeto de espionaje, así como el camarista Martín Irurzun, de quien en su momento trascendió un café compartido con el operador Fabián “Pepín” Rodríguez Simón.
Si la punta del ovillo fue el presunto narco Sergio “Verdura” Rodríguez a través del cual se llegó al abogado F. M (no se revelarán sus nombres reales por ser agentes activos de la AFI), el correlato de la Dirección dentro de la AFI que tenía a cargo este grupo de tareas, estaba encabezado por A.R, quien era el jefe operativo del “raviol” –como se dice en la jerga- de unos 15 agentes, algunos provenientes de la Policía de la Ciudad que se dedicaban al espionaje con fines políticos y quizás extorsivos.
Fuente: Ámbito.