Empresarios del sector gastronómico, junto a integrantes del gremio Uthgra y del INTI y al director de Turismo del Municipio Rodrigo Inza, terminaron de definir ayer un protocolo para la reapertura de la actividad comercial, que está muy golpeada luego de 70 días sin trabajar o, en el mejor de los casos, opera con un servicio mínimo de delivery. Ahora aguardan la evaluación que hará el Comité de Seguimiento de Covid-19 en el partido de Tandil, para luego elevar la solicitud al Gobierno provincial que tendrá la última palabra.
Luego de dos semanas de reuniones de trabajo, pautaron una serie de medidas para atender a los clientes en los locales. Por caso, propusieron reducir al 50 por ciento la capacidad, disponer las mesas a 1,5 metros de distancia entre sí y admitir un máximo de cuatro comensales en cada una.
En tanto, las divisiones entre mesas con alguna mampara u otro dispositivo quedarán a criterio de cada empresario, pero no se incluyeron en el protocolo, teniendo en cuenta que demandarían inversiones en tiempos críticos.
Además, se operará con reservas para que el público no se concentre al ingresar y armarían la mesa –con fajinado de la vajilla- cuando los clientes ya estén en el negocio. Los clientes deberán ingresar con tapabocas colocados y habrá estaciones de higienización de manos con alcohol en gel.
En cuanto al personal, estará provisto de tapabocas o máscaras para atender al público y respetará todas las medidas ya dispuestas para el servicio de delivery en cuanto a la preparación de las comandas.
Por otra parte, proponen abrir al mediodía y a la noche, y poder extender el horario nocturno ya que el delivery sólo está autorizado de 20 a 22.30.
“Llevamos 70 días muy duros”
Ricardo Camgros, propietario de Tierra de Azafranes y socio de la cervecería Tandilia, dio detalles de la reunión que tuvo lugar en el local de Ladran Sancho. También trazó un panorama del sector que lleva más de dos meses afectado por la cuarentena.
“El tener la tranquilidad de que no hay casos nos hace pensar que podemos empezar a abrir, como se ha ido flexibilizando en varios rubros. Si bien nosotros podemos hacer delivery, estamos con la necesidad de poder abrir porque no es lo mismo poder tener a la gente sentada en nuestros negocios”, enfatizó.
En ese aspecto, reseñó que “llevamos 70 días muy duros. Se cortó de la noche a la mañana y nadie estaba preparado para semejante quiebre”.
Explicó que sus locales, los últimos 15 días de marzo permanecieron cerrados. “Nos parecía que era un momento en el cual había mucha incertidumbre y no sabíamos en qué situación estaba la ciudad. Pero después con un plano ya un poco más real, que vimos que eran muy pocos los casos que había, decidimos abrir en el modo de delivery. Desde ya que en esos quince días toda la mercadería que quedó se repartió entre los empleados porque se iba a echar a perder”, contó.
Ya en abril, “abrimos con el modo delivery, y si bien hemos tenido bastante concurrencia y estamos trabajando bien, no es un negocio muy redituable por la estructura que tenemos, que es para sentar a 150 personas y hacemos 20 ó 30 envíos. Económicamente no es un buen negocio, pero antes de estar cruzados de brazos, algo es algo”.
Camgros explicó que pudo pagar los salarios, pero debió relegar algunos impuestos y las cargas sociales que no abona desde marzo. “La mayoría de los gastronómicos tenemos la misma situación, porque son estructuras muy grandes y el objetivo principal era cubrir los sueldos”, dijo y afirmó que el resto de los compromisos se vuelve imposible sólo con los pedidos a domicilio.
Los más complicados
Por otro lado, reconoció que algunos colegas están aún más complicados ya que tienen emprendimientos en puntos turísticos y no les sirvió la alternativa del delivery.
En tanto, admitió que algunos emprendedores evalúan cerrar. “Más en los casos que viven del turismo. Va a ser muy difícil porque de la cantidad de turistas que recibimos en Tandil, la mayoría viene de Capital Federal y sabemos la complicación que tiene. También para nosotros que trabajamos con gente de Tandil y con visitantes, el turismo es un número importante de clientes y no sabemos hasta cuándo no vamos a contar con ellos”.
En ese sentido, reparó en que en dos meses, el sector ya ha perdido cuatro fines de semana largo que contaban en la planificación de sus negocios.
Las expectativas
“Con la desesperación que hay en el sector, como en muchos otros, aunque sea trabajar un 50 por ciento, la verdad que es el paraíso. Si me lo decían hace tres meses que tenía que trabajar al 50 por ciento, no me lo imaginaba. Después de todos estos meses de incertidumbre y de hacer malabares, abrir al 50 por ciento es todo un logro”, sostuvo Camgros en relación a las expectativas.
Hoy tanto en Tierra de Azafranes como en Tandilia, emprendimientos de los cuales dependen 30 familias, el empresario pudo concretar el ATP (Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción) para abril y espera también acceder en mayo, “para que nos dé un poquito más de aire”.
Con respecto a la cervecería, sumó que “nuestro 95 por ciento de las ventas eran para bares y restaurantes, de cervezas en barriles, y hace 60 días que no vendemos un barril” y estimó que “dentro del ámbito de la cerveza artesanal también va a ser muy complicado y creo que en Argentina muchas fábricas de cerveza no van a poder abrir las puertas”.